El grupo de Amaiur


Publicado en el Diari de Tarragona el 18 de diciembre de 2011


No ha habido sorpresas: la Mesa del Congreso ha denegado esta semana a Amaiur la posibilidad de contar con grupo propio en la Cámara Baja, gracias a los votos del PP y la abstención del resto de sus miembros. El paseo militar de los populares ya ha comenzado, imponiendo unilateralmente una discutible aplicación del reglamento frente a la cobarde ambigüedad de PSOE y CIU, y la oposición casi unánime del resto de grupos parlamentarios. Las formaciones menores llegaron a solicitar al mismísimo Rey que intercediera en favor de UPyD y Amaiur, con el fin de evitar el bloqueo efectivo del Grupo Mixto. Nada de nada: la recién estrenada apisonadora del PP ha hablado, y todos a callar.

Centrándonos en el aspecto jurídico, el artículo 23.1 del Reglamento de la Cámara dispone que “los Diputados, en número no inferior a quince, podrán constituirse en Grupo Parlamentario. Podrán también constituirse en Grupo Parlamentario los Diputados de una o varias formaciones políticas que, aun sin reunir dicho mínimo, hubieren obtenido un número de escaños no inferior a cinco y, al menos, el 15 por ciento de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura o el 5 por ciento de los emitidos en el conjunto de la Nación”. En el caso de Amaiur, que ha logrado 7 diputados y no alcanza el 5% de los votos totales, existe una duda razonable sobre la forma en que debe interpretarse la exigencia del “15 por ciento de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura”. ¿Se refiere al conjunto de circunscripciones en las que se han presentado, o a todas y cada una de ellas? La difícil respuesta a la cuestión quedó evidenciada en el propio informe jurídico encargado por la Cámara, al afirmar que este requisito “puede entenderse referido a cada una de las circunscripciones”, una afirmación ciertamente tibia.

La Mesa del Congreso ha mantenido históricamente una interpretación amplia de este precepto, permitiendo la formación de grupo parlamentario a varias formaciones que se hallaban en la misma situación en la que hoy se encuentra Amaiur. Así sucedió en las legislaturas cuarta, quinta, sexta y séptima con el PNV, a quien se le concedió grupo propio pese a que en una circunscripción había obtenido sólo el 0,92% de los votos, mientras a la izquierda abertzale se le pretende negar esta posibilidad habiendo logrado un mínimo de 14,86% de los sufragios. Pero aún hay más: en la octava legislatura, ERC disfrutó de grupo propio pese a no alcanzar el 15% de los votos ni siquiera en cómputo global, circunstancia que cumple sobradamente Amaiur.

El PP está en todo su derecho de aplicar el rodillo en este asunto, aunque debe reconocer que se trata de una decisión política y no jurídica. Y es precisamente en este ámbito donde su postura deja de ser una mera cacicada legal para convertirse en una torpeza táctica de consecuencias impredecibles. Coincido con las manifestaciones del lehendakari Patxi López en este sentido, que parece disfrutar en este punto de un gran respaldo dentro del propio PSOE: prohibir el grupo propio a Amaiur ha significado un grave error político.

Particularmente, echo de menos una mayor clarificación en la derecha española sobre la estrategia que pretende asumir hacia la izquierda abertzale, una vez declarado el alto el fuego definitivo por parte de ETA. Quiero pensar que esta indefinición es una muestra más del carácter neblinoso de Rajoy, y no la demostración palpable de que Génova sigue en manos de la Brunete mediática. Hace años que el PP reclamaba a los partidos de la órbita violenta su participación en las instituciones: eso han hecho, y a cambio han sido recibidos con un portazo en la cara. Nadie está sugiriendo que se les otorgue un trato especial, sino todo lo contrario: la Mesa del Congreso debió aplicar a Amaiur el mismo rigor normativo que a los demás, ni más ni menos. Las razones son evidentes: no sería ético reclamar a los miembros de la formación independentista una menor exigencia legal que al resto de partidos, pues supondría premiar el pasado violento de algunos de ellos; pero tampoco sería inteligente pedirles más, pues avivaríamos su conocido victimismo y daríamos alas a los sectores más cavernícolas de la antigua Batasuna, que siguen sin estar por la labor de participar en las instituciones democráticas.

Todos estamos de acuerdo: resulta nauseabundo ver a Errekondo negándose a condenar la violencia. De hecho, tengo muchas dudas sobre la legalización de Amaiur como fuerza plenamente democrática. Sin embargo, una vez que los tribunales (únicos legitimados para apartar a un partido de la vida parlamentaria) han reconocido la legalidad de esta formación, parece claro que debe disfrutar del mismo trato que cualquier otra fuerza política. Las normas están para aplicarlas a todos por igual, sin que la interpretación que de ellas pueda hacerse dependa de la afinidad ideológica del implicado respecto del partido que ostenta el poder en ese momento. Lo contrario sería renunciar a las bases sobre las que se asienta nuestro Estado de Derecho.

Comentarios

  1. Siento comunicarte que no estoy de acuerdo ni en las formas ni en los argumentos del artículo. Me gustaría poder tener una profunda tertulia sobre este tema puesto que creo que no tenemos las mismas bases para analizar esta situación y sería grato poder hacerlo con un buen acompañamiento. Un abrazo.

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  2. Es un tema controvertido, sin duda, y me gustaría conocer tu opinión al respecto. En cualquier caso, me llama la atención que muestres tu disconformidad con mis formas (?). Sobre tu propuesta de mantener una tertulia, siempre es positivo el intercambio de pareceres, aunque ahora mismo no te localizo personalmente. Un abrazo y gracias por tu comentario. Siempre serás bienvenido.

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  3. Hombre, Pedro! Me alegro de verte por aquí. Como te decía, es un asunto bastante discutible, aunque la postura del PP me parece jurídicamente muy endeble. En más: apuesto pintxo de tortilla y caña a que Amaiur logrará finalmente grupo propio si recurre judicialmente. Ahora que lo pienso, en España es imposible saber qué va a decidir un tribunal...

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  4. Cuando hablo de formas, no son las tuyas sino las formas en general. De como se tratan los temas en función de que partido político es el que toma decisiones.

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  5. Yo me arriesgaría a apostarte que, no solo conseguirá grupo propio si los tribunales siguen politizados, sino que, a la larga ETA conseguirá una excusa para volver a las armas y seguir otros 50 años más.

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  6. Espero que no te refieras a mí. Una de las pocas cosas de las que me enorgullezco en mis artículos es de haber intentado analizar con el mismo rigor las actuaciones de todos los partidos políticos, al margen de mi mayor o menor sintonía con su perfil ideológico.

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  7. Ojalá te equivoques en tus premoniciones sobre el futuro de ETA...

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  8. También yo, a veces, me autocritico por mi pasado político pero ahora pienso en las víctimas reales.

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  9. Quizás ZP me haya contagiado su optimismo antropológico (jejeje), pero estoy convencido de que ETA no volverá a matar. Sólo albergo dudas sobre un posible escenario de retorno: una escisión del sector más asilvestrado de la izquierda abertzale. Creo que anular esta última posibilidad depende en gran medida de nuestra actitud, y por eso considero un error de bulto lo que ha decidido la Mesa del Congreso.

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  10. Me encantaría equivocarme pero nació para conseguir la independencia y no es otro su objetivo.

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  11. ¿No crees que quizá las decisiones tomadas en legislaturas anteriores fueron políticas y ésta del PP ha sido una interpretación literal (estríctamente jurídica)de la norma? Dura lex, sed lex ;-)
    En cuanto a lo de la torpeza de la "táctica" aún no lo tengo muy claro, lo que sí está claro es que Rajoy tiene una "estrategia" y no la va a cambiar hasta que consiga su objetivo.

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  12. Comparto contigo, Mack, que las decisiones anteriores fueron más políticas que jurídicas. Esto no implica necesariamente que la interpretación que ha hecho el PP ahora sea la correcta (si te lees la norma, verás que su sentido es muy ambiguo, lo que ha facilitado las contradicciones en la forma de aplicarla). En cualquier caso, pisamos un terreno muy resbaladizo, en el que las vertientes jurídicas y políticas se entremezclan, dado este doble carácter del propio Congreso. Un tema complejo, ciertamente. Sobre el tema táctico, creo que es posible evitar que Bildu se suba a las barbas del sistema sin caer en la discriminación política que ha supuesto exigirles unos requisitos parlamentarios que jamás se habían necesitado para obtener grupo propio. Y todo eso sin contar con la posible anulación que los tribunales pueden aplicar sobre la decisión de la Mesa, lo que evidenciaría una metedura de pata sideral de los populares en este tema, creo yo. Un fuerte abrazo

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