Prensa compi yogui
Publicado en el Diari de Tarragona el 20 de marzo de 2016 Los casos de corrupción política y económica suelen ser habitualmente clasificados atendiendo a diversos criterios más o menos objetivos, como la gravedad del delito cometido, el montante conjunto que ha sido sustraído, o el escalafón institucional de los autores del latrocinio. Sin embargo, existe también otra forma de catalogar estos escándalos, quizás más subjetiva, pero que sin duda atesora en estos difíciles momentos una relevancia incuestionable: el grado de indignación que despierta en la opinión pública. La experiencia nos demuestra que esta capacidad para sublevar a la población no suele depender de factores legales o contables, sino de otros aspectos muchos más sensibles para el ciudadano de a pie: la caradura del implicado, el abuso del privilegio, o la insaciabilidad del potentado. Un caso prototípico de este fenómeno lo encontramos en el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid. En resumen, los dire