Nunca fue posible
Publicado en el Diari de Tarragona el 22 de agosto de 2021 Apenas han aguantado diez días. La retirada de las tropas occidentales en Afganistán ha evidenciado la clamorosa debilidad de un estado fallido. Una tras otra, las principales ciudades del país han ido cayendo como un dominó inexorable, hasta borrar del mapa cualquier resto del antiguo régimen, salvando algún foco de resistencia testimonial al noreste del país, bajo el mando del exvicepresidente Amrullah Saleh y Ahmad Massoud, hijo del mítico León del Panjshir. Hace apenas una semana, la mayoría de observadores internacionales avisaba de que Kabul difícilmente resistiría un mes. Unos días después, la bandera talibán ondeaba en el palacio presidencial, el Arg, tras la atropellada huida de Ashraf Ghani a Emiratos. Pero no ha sido el mandatario afgano el único representante oficial que ha puesto pies en polvorosa. También algunas de las principales legaciones diplomáticas han ofrecido un espectáculo lamentable: carreras por los pa