Pactos y programas
Publicado en el Diari de Tarragona el 28 de febrero de 2016 El abuso de una posición dominante, especialmente en política, se termina pagando antes o después. El sistema español (a diferencia del norteamericano, por ejemplo) apenas prevé contrapoderes frente a la potestad omnímoda de quien conquista la mitad más uno de los escaños en el Congreso. Puede que precisamente por ello, tras cuatro décadas de ejercicio abusivo de este modelo, los votantes hemos decidido crear un contrapeso en forma de mayorías escuálidamente minoritarias. A falta de pan buenas son tortas. La época de los apabullantes triunfos electorales ha tocado a su fin (al menos de momento), un cambio drástico y repentino cuyas consecuencias algunos todavía no acaban de digerir. El mero hecho de que las formaciones vencedoras apenas alcancen últimamente una cuarta parte de los sufragios no constituye un mero guarismo novedoso, sino una auténtica revolución electoral que debe acarrear una alteración sustancial en