El regreso de Otegi
Publicado en el Diari de Tarragona el 28 de agosto de 2016 Una de las máximas irrefutables que han presidido el análisis político vasco desde la Transición es el principio de conservación de la energía radical: los votos de la izquierda abertzale ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman. Efectivamente, este caladero electoral ha demostrado su perseverante fidelidad durante décadas, acudiendo masivamente a las urnas para depositar la papeleta correspondiente en cada convocatoria. Así quedó demostrado durante las sucesivas refundaciones orgánicas de este movimiento, especialmente tras las recurrentes ilegalizaciones de los años noventa: el oráculo de Alsasua se reunía poco antes de la jornada electoral y designaba urbi et orbi la formación que les representaría en esos comicios. Sólo así se comprende cómo una retahíla de siglas nacidas aparentemente de la nada han obtenido sistemáticamente unos resultados parecidos: HB, EH, Batasuna, EHAK, ASB, Bildu, Amaiur… Sin embar