La verdad en la ciénaga
Publicado en el Diari de Tarragona el 30 de junio de 2019 Hacía varias semanas que la bruma había invadido los campos del sur de Escocia. Hugh Fleming, un campesino de Darvel, arrastraba su arado desde el amanecer por su minúscula y pedregosa parcela de terreno. De pronto, unos gritos desgarradores interrumpieron la extenuante monotonía de su trabajo. Una voz adolescente suplicaba auxilio desde los pantanos próximos a la granja. El corpulento Hugh salió a toda velocidad en dirección a la ciénaga, una interrupción sin duda celebrada por su mula, que pudo recuperar el aliento durante unos instantes. Al llegar al lodazal, el agricultor encontró a un chaval hundiéndose en una espesa charca negra, abocado a una agonía terrible si nadie lo remediaba. Sin pensárselo dos veces, aquel buen hombre se introdujo en la peligrosa masa oscura y logró salvar la vida de aquel desconocido. A primera hora del día siguiente, un elegante carruaje se detuvo frente al hogar de los Fleming. Un d