Nuestra aldea gala
Publicado en el Diari de Tarragona el 28 de julio de 2013 El pleno del Ajuntament de Tarragona rechazó contundentemente la pasada semana una moción de CiU destinada a lograr la adhesión de nuestro consistorio al Pacte Nacional pel Dret a Decidir, que sólo logró concitar el apoyo externo de la representante de ICV, Arga Sentís. Este sonoro fracaso de los convergentes, uno más, debería ser analizado desde una triple perspectiva: el resultado de la votación, la estrategia en la que se engloba y la reacción posterior. En primer lugar, parece evidente que la ciudad de Tarragona se ha convertido en una piedra en el zapato de un Artur Mas obsesionado con lograr una marea humana, unánime y homogénea, que avale el giro independentista que ha imprimido a su formación (con efectos electorales devastadores). Nadie debería extrañarse de que la moción soberanista fuera rechazada por el 70% de nuestros representantes locales, ahí es nada, teniendo en cuenta que el único partido relevante que se prese