Entradas

Mostrando entradas de julio, 2014

Los monos de Toshogu

Publicado en el Diari de Tarragona el 27 de julio de 2014 La montañosa ciudad de Nikko, al norte de Tokio, alberga un espectacular conjunto de templos y santuarios que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999. Aunque el complejo se inició hace mil trescientos años, los monumentos más visitados se erigieron en el siglo XVII para albergar los mausoleos de dos shogunes: Tokugawa Ieyasu y Tokugawa Iemitsu. En el primero de ellos puede verse la escultura de tres simpáticos personajes cuya popularidad ha dado últimamente la vuelta al mundo: los monos sabios o místicos de Toshogu. Hoy todos conocemos a Mizaru, Kikazaru, Iwazaru, caracterizados por taparse los oídos, la boca y los ojos respectivamente. Han sido muchos los significados atribuidos a esta talla de madera, desde la obligatoriedad de acatar sumisamente el sistema feudal, hasta la simplista apología del desinterés que se ha extendido por occidente. Sin embargo, la tradición nipona ha vinculado tradicionalmente

Mujeres sin rostro

Publicado en el Diari de Tarragona el 20 de julio de 2014 En abril de 2011 el gobierno de Nicolas Sarkozy aprobó una ley que prohibía el uso del velo integral en los espacios públicos. Desde entonces, el burka (una prenda que cubre por completo el cuerpo femenino) y el niqab (un velo con una pequeña abertura a la altura de los ojos) quedaron desterrados de las calles francesas. Esta medida fue ampliamente respaldada por la sociedad gala, aunque una joven recurrió la norma ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos al considerar que el uso de estas vestimentas formaba parte de "su fe, su cultura y sus convicciones personales". Hace un par de semanas se hizo pública la sentencia donde se declara que la prohibición de estas prendas es acorde al Convenio Europeo de Derechos Humanos. El tribunal cimienta su fallo en el derecho de las autoridades a "identificar a los individuos para prevenir atentados contra la seguridad de las personas y los bienes". Es decir, que resp

El umbral de lo admisible

Publicado en el Diari de Tarragona el 13 de julio de 2014 Uno de los factores clave que permite diferenciar una democracia occidental de una república bananera es la sensación de seguridad y previsibilidad que el poder público transmite hacia los ciudadanos en todo tipo de ámbitos: en el campo jurídico, en el tráfico económico, en la integridad física, etc. Podríamos decir que se trata de una relación basada en la reciprocidad: los ciudadanos avalan la continuidad del sistema en la medida que éste asume como propia la lucha contra determinadas situaciones que se consideran inadmisibles. Y al revés: cuando el aparato público deja de ofrecer garantías a los ciudadanos para que puedan disfrutar de una vida digna, aumentan exponencialmente las posibilidades de que el pueblo ofrezca su espalda al sistema. Todas las encuestas coinciden al afirmar que uno de los principales motores del seísmo electoral de los últimos meses tiene su origen en la creciente desconfianza ciudadana hacia las inst

Salvar al alcalde Ryan

Publicado en el Diari de Tarragona el 6 de julio de 2014 Apenas queda un año para que se celebren en España elecciones generales, autonómicas y municipales. La única referencia fiable sobre la evolución del voto, encuestas al margen, son los resultados de las últimas europeas, un serio aviso para los partidos que se han repartido el poder en nuestra joven democracia: PP, PSOE y CiU. Por un lado tenemos a los socialistas en estado crítico, intentando estabilizar sus constantes vitales a través de una renovación con tintes de refundación que probablemente termine siendo más cosmética que sustancial (Madina y Sánchez representan al antiguo y al nuevo aparato respectivamente, y las posibilidades de Pérez Tapias parecen limitadas). Por su parte, la federación nacionalista catalana se ha metido en un jardín ideológico cada vez más espeso con letales efectos electorales, una situación inédita en décadas que puede verse agravada con la posible ruptura de la coalición. Por último, el descontent