Tanto tienes, tanto vales
Publicado en el Diari de Tarragona el 26 de abril de 2015 El modo en que contemplamos y valoramos la realidad probablemente viene marcada en primer término por la influencia de nuestro entorno. El peso subliminal de la sociedad sobre nuestros pensamientos y opiniones resulta habitualmente beneficioso, pues permite interiorizar los progresos de nuestra civilización sin necesidad de partir individualmente desde cero. Sin embargo, es fácil intuir que este influjo a veces también apaga algunas llamas positivas que anidan de forma quizás instintiva en nuestro interior. Como afirmaba Rousseau con una radicalidad probablemente excesiva, “la naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable”. Quienes tenemos hijos conocemos de primera mano la forma de observar la realidad propia de la infancia, una perspectiva carente de corsés mentales que precisamente por ello resulta ocurrente, divertida y refrescante. Sin embargo, el listado de anécdota