Gloria junto al pesebre
Publicado en el Diari de Tarragona el 21 de julio de 2019 Una de las tradiciones consolidadas de nuestro modelo político se produce cada cuatro años, una vez constituidas las diferentes administraciones locales, con el habitual mercado de abrevaderos institucionales que entretiene a los cínicos, confirma a los escépticos, sulfura a los idealistas y entusiasma a los agraciados. Si sumamos únicamente los cargos que se reparten en nuestras comarcas (algunos de ellos, auténticas canonjías) podemos concluir que las urnas deciden una de las mayores ofertas de empleo de la provincia: asesores, coordinadores, auxiliares, secretarios… Sólo el ayuntamiento de Tarragona gasta más de medio millón de euros anuales en estos puestos, y la Diputación casi un millón. Y eso por no hablar de los gerentes y consejeros de las empresas públicas, cuya formación y experiencia para esta función nadie fiscaliza. Ciertamente, el reparto de escaños representa el aspecto más digno y visible de la confron