En la cuerda floja
Publicado en el Diari de Tarragona el 30 de septiembre de 2018 Pocos días después de la fulgurante moción de censura que defenestró a Mariano Rajoy (qué lejano suena ya este nombre…) el presidente Sánchez dio a conocer la composición de su flamante ejecutivo. Se trataba de un gabinete de diseño que sorprendió gratamente a propios y a extraños, tapando algunas bocas que criticaban la nueva etapa incluso antes de iniciarse. Gracias a una acertada combinación de ingredientes cocinados por el gurú Iván Redondo, el nuevo equipo incluyó guiños al feminismo (Carmen Calvo), a la experiencia (Margarita Robles), a la frescura (Màxim Huerta), al rigor (Grande-Marlaska), al prestigio (Pedro Duque), a la ecología (Teresa Ribera), al centrifuguismo (MeritxelBatet), al centripetismo(Josep Borrell)… Con este rutilante equipo de colaboradores, que pronto fue bautizado por la prensa como el “gobierno bonito”, el joven presidente pretendía convertirse en el Trudeau del Viejo Continente. Sin emba