La voluntat d'un poble… plural


Publicado en el Diari de Tarragona el 26 de noviembre de 2012


El intento convergente de aglutinar en torno a Artur Mas una marea popular para convertirlo en el líder indiscutible del camino a la independencia se ha convertido en uno de los batacazos más sonados e imprevisibles de nuestra historia reciente. Habían sido tan ambiciosas las expectativas de la formación nacionalista que cualquier resultado por debajo de una victoria aplastante habría sido considerado un fracaso en su estrategia para capitalizar el descontento visualizado el pasado 11S. Finalmente, CiU no sólo no ha logrado su tan ansiada mayoría absoluta, sino que ha quedado muy por debajo de sus últimos resultados, bajando de 62 a 50 diputados en apenas dos años.

Haciendo un repaso general, ERC ha dado un salto espectacular que demuestra que el electorado independentista ha preferido el original a la copia de última hora, el PPC de Alicia Sánchez Camacho ha sido capaz de mejorar sus meritorios resultados de 2010, también ICV-EUiA ha logrado el mayor respaldo electoral de su historia, Ciutadans consigue grupo parlamentario propio al triplicar sus votos, la CUP entra por primera vez en el Parlament de Catalunya… Salvando el naufragio ya previsto de López Tena, se da la curiosa situación de que los dos grandes perdedores de estas elecciones son los dos grandes partidos históricos catalanes: el PSC de Pere Navarro, que confirma la debacle que auguraban todas las encuestas, y el partido fundado por Jordi Pujol, que obtiene el peor resultado al Parlament en proporción de votos desde los comicios 1980. Se demuestra que la sociedad catalana es plural y diversa, por mucho que algunos pretendan identificar a todo un pueblo con unas siglas concretas. Es cierto que las formaciones partidarias del referéndum suman una mayoría clarísima (87 escaños), pero también lo es que los partidos independentistas bajan conjuntamente de los 76 a los 74 diputados.

Como ha reconocido el propio Artur Mas tras conocer los resultados, CiU no tiene fuerza suficiente para asumir en solitario el mando del país, haciendo un llamamiento velado para lograr un pacto estable de gobierno con algún partido de la oposición. El President insistió ayer en seguir adelante con su proyecto hacia el estado propio, por lo que parece claro que no podrá contar como socio estable con el PSC y mucho menos con el PPC, con quien colaboraba hasta ahora para sacar adelante sus propuestas económicas. Por lo tanto, sólo queda la posibilidad de un gobierno de CiU y ERC. Teniendo en cuenta nuestra precaria situación financiera, una gestión conjunta de convergentes y republicanos de la política económica puede acabar convirtiéndose en una crisis en sí misma. Artur Mas se ha metido el solo en un callejón de difícil salida, y lo que es peor, nos ha creado a todos un problema de imprevisibles consecuencias.

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