Rubbish

Publicado en el Diari de Tarragona el 17 de noviembre de 2013

Sin causa aparente, hay épocas en que todos los acontecimientos de interés público parecen encaminarse en una misma dirección. Para nuestra desgracia, en esta ocasión ha sido la basura (en sentido real o metafórico) la que ha presidido un día tras otro la actualidad de esta semana.

VERBORREA NAUSEABUNDA. La semana arrancó con la comparecencia voluntaria de Rodrigo Rato en el Parlament para dar explicaciones sobre su trayectoria al frente de Bankia en la comisión creada al efecto por la cámara catalana. El hedor que se esperaba era considerable, teniendo en cuenta que se iba a analizar la esperpéntica gestión que desembocó en la ruina de la caja madrileña, uno de los dos grandes agujeros financieros españoles junto a la Caixa Catalunya de Narcís Serra. Sin embargo, el tufo de las excusas del esquivo exministro quedó completamente eclipsado por la diarrea verbal del representante de las CUP, quien se descalzó una sandalia digna del mismísimo Moisés mientras vomitaba frases de comic barato, cada cual más macarra, que quedarán para siempre en la memoria menos presentable de nuestro Parlament. Si la propia cámara no defiende su dignidad, difícilmente contará con el respeto de los ciudadanos.

EXCUSA BASURA. El martes por la mañana, un periodista preguntaba al portavoz de educación de la Comisión Europea por las declaraciones presuntamente realizadas por el ministro Wert, en las que afirmaba que España iba a salir perdiendo con el nuevo modelo de cálculo de becas Erasmus. La respuesta fue demoledora: “I don't know how to put this more diplomatically... but that’s rubbish”. Casi toda la prensa española publicó que Dennis Abbot había calificado la excusa del ministro como “basura”, aunque lo más correcto habría sido traducirlo por “disparate”, algo que tampoco dejaba en muy buen lugar al máximo responsable español de educación. José Ignacio Wert es un político quemado desde hace meses (dicen que sólo cuenta con el respaldo personal de Rajoy) pero no dimitirá porque este gesto equivaldría a salir por la puerta de atrás. Teniendo en cuenta que se ganaba muy bien la vida en el sector privado (y según dicen, se la ganará aún mejor cuando deje la política) supongo que estará deseando que concluya la tramitación de la LOMCE y el Presidente le dé las gracias por los servicios prestados en la próxima remodelación del gabinete. Ha sido el saco de las tortas del gobierno, efectivamente, pero más metepatas no se puede ser.

CHAPAPOTE LEGAL. El ecuador de la semana laboral nos sobresaltó con una sentencia que no por esperada ha causado menos indignación, tal y como reconoció el propio Feijóo. La absolución general del miércoles por el naufragio del Prestige ha reavivado la sensación de que en España la sinvergonzonería de pequeño formato puede llevarte a prisión, pero si aumentas sus proporciones probablemente acabarás yendo con chófer al palco del Bernabéu. No dudo de que la sentencia sea técnicamente impecable (después de todo, Mangouras era un peón en este asunto). Tampoco cuestiono que la legislación internacional entonces vigente imposibilitara ser más severo con esa maraña de responsables: sociedad de clasificación, autoridades letonas y españolas, propietario del buque, Marina Mercante, sociedad armadora, fletador, aseguradora… Pero algo falla cuando la impunidad es la respuesta legal a la devastación de la bellísima costa gallega con toneladas de inmundicia, matando a millones de animales y generando pérdidas con diez ceros. Para culminar el protocolo español aplicable a estos casos, ya sólo falta que Telefónica -refugium peccatorum- fiche a López Sors como asesor externo con sueldo de futbolista.

PROPUESTA MUGRIENTA. Oriol Junqueras fue el rey del jueves. El líder de la oposición menos opositora jamás conocida propuso una nueva medida de presión en el camino hacia la independencia: paralizar la actividad económica de Catalunya durante una semana para reducir el PIB español. La ingeniosa idea equivaldría, poco más o menos, a que intentáramos vengarnos de un vecino molesto pegando fuego a nuestra propia casa para así ennegrecerle la fachada con el humo. “¡A que jode!”. En este punto sólo se me ocurre sugerir al Servei Català de Salut que diseñe urgentemente una nueva campaña en contra del consumo de drogas, especialmente en horas de trabajo y con un micrófono delante.

ESTERCOLERO URBANO. El viernes se cumplió el ultimátum del Ayuntamiento de Madrid para solucionar la salvaje huelga de basuras que ha asolado sus calles. Pese a tener la alerta sanitaria a la vuelta de la esquina, tuvo que transcurrir más de una semana para que su mediocre alcaldesa diera la cara: si José Ignacio Wert está quemado, Ana Botella está directamente incinerada. El lamentable espectáculo que ha ofrecido quien jamás mereció liderar esa gran ciudad que es Madrid trasciende ampliamente el ámbito municipal, pues al transmitir la sensación de que el modelo popular de gestión privada de los servicios públicos consiste en desentenderse del asunto una vez firmado el contrato, no sólo queda en cuestión el dirigente afectado sino también el modelo mismo de privatización. Para colmo, la capital madrileña lleva una semana siendo protagonista en los principales medios de comunicación internacionales, y no precisamente por sus incontables virtudes: “último golpe al progresivo deterioro del prestigio internacional de la capital de España” (Financial Times), “Madrid, inundado de basura” (Le Monde), “la capital de los residuos” (Frankfurter Allgemeine Zeitung), “la basura se acumula en Madrid” (Wall Street Journal). ¡Toma Marca España!

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